
La controversia ha crecido hasta el punto de que se plantean preguntas sobre si la serie debe considerarse arte o descartarse como sensacionalismo destinado a sorprender y atraer la atención.
La historia sigue a Shirota, un estudiante de secundaria que descubre la habilidad inusual de su compañero de clase Takamine. Posee un poder mágico que le permite restablecer el tiempo, pero para activar este poder, debe eliminar un artículo de ropa.
Esta configuración se convirtió rápidamente en el corazón de la identidad del manga, combinando elementos sobrenaturales con constantes momentos de servicio de fanáticos. Si bien esta premisa inusual lo hace destacar de historias de fantasía o romance escolar más típicos, también ha impulsado las críticas sobre la dirección de la serie y cómo utiliza la sexualidad como un dispositivo narrativo.
Algunos incluso afirman que la serie es satírica, burlándose de los tropos que a menudo se encuentran en el romance escolar o el manga de fantasía mientras ofrece algo inesperado.

Contenido
Los críticos Slam Por favor, póngalos, takamine-san Para un gran servicio de fans y temas explícitos
Los críticos, sin embargo, están muy en desacuerdo. Muchos han expresado su preocupación de que la serie cruce la línea entre el servicio juguetón de los fanáticos y la explotación directa de temas de adultos. Argumentan que el contenido sexual a menudo eclipsa la trama, reduciendo a los personajes a poco más que herramientas para escenarios provocativos. Para estos lectores, póngalos.
Takamine-san representa una tendencia preocupante en el manga donde el valor de choque y el contenido explícito se priorizan sobre la narración significativa.
El debate solo se ha vuelto más fuerte a medida que el manga continúa llamando la atención tanto en Japón como en el extranjero. Algunos fanáticos defienden la historia como un entretenimiento inofensivo que no debe tomarse demasiado en serio.
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Otros lo ven como parte de un problema mayor en la industria, donde la sexualización de los personajes a menudo se normaliza, incluso en la serie dirigida a audiencias más jóvenes. Este choque de perspectivas ha alimentado innumerables discusiones en línea, y ambas partes se niegan a retroceder.
Una parte importante de la controversia proviene de cómo la serie retrata a su personaje principal, Takamine. Ella se presenta como segura, poderosa y en control, que algunos lectores encuentran empoderador. Sin embargo, los críticos argumentan que este empoderamiento se ve socavado por la frecuencia con la que la narración la coloca en situaciones diseñadas para excitar a la audiencia en lugar de desarrollar su personaje.
Esta tensión la ha convertido en una de las heroínas más divisivas en el manga reciente, admirada por algunas y criticada por otras.
El debate se enfurece sobre si el manga de takamine-san es arte o simplemente sensacionalismo
La línea entre el arte y el sensacionalismo siempre ha sido borrosa en el manga y el anime. Muchos trabajos queridos contienen servicio de fanáticos o temas para adultos, pero lo que hace que se pongan, Takamine-san, diferente es cuán centrales son estos elementos a la premisa en sí.
A diferencia de la serie donde Fanservice es secundaria, en este manga, se vuelve inseparable de la historia, lo que dificulta que los lectores ignoren o descarten. Para los críticos, esta confianza sugiere que la serie está más interesada en explotar la sexualidad en lugar de ideas significativas. Para los fanáticos, es exactamente esta audacia sin complejos lo que hace que la historia sea memorable.
Esta controversia también refleja un debate cultural más amplio sobre cómo el manga equilibra la creatividad, la demanda de la audiencia y la responsabilidad. Algunos argumentan que mientras los lectores disfruten del contenido, no hay nada de malo en usar la sexualidad como una fuerza impulsora en una historia.


Otros contrarrestan que los creadores deben tener en cuenta cómo su trabajo contribuye a problemas más amplios, como la supersexualización de los personajes femeninos en los medios de comunicación. La falta de consenso asegura que las discusiones sobre Takamine y su historia continuarán mientras se publique el manga.
Al final, póngalos, Takamine-san se ha convertido en algo más que un manga peculiar sobre una chica con un poder extraño. Se ha convertido en un punto de inflamación para los debates sobre la libertad artística, la explotación y el papel de la sexualidad en la narración de historias. Si los lectores lo ven como atrevido y elegante o superficial y explotador a menudo depende de sus puntos de vista personales sobre los límites del arte.
Lo que no se puede negar es que el manga ha causado una fuerte impresión. Al combinar poderes sobrenaturales con el servicio de fans en negrita, obliga a los lectores a confrontar dónde trazan la línea entre el entretenimiento y la explotación. Me encanta o odiarlo, la serie ha provocado una conversación, y que, en sí misma, puede ser una prueba de que ha logrado uno de los objetivos más importantes del arte: hacer que la gente piense y debate.