
Según Torishima, si Shueisha hubiera invertido alrededor de $ 50 millones, podrían haber influido en el guión y la dirección general de la película. Sin esa inversión, la producción salió del control japonés, lo que resultó en un producto final que él describe como la peor película jamás realizada.
El arrepentimiento de Torishima por la evolución de Dragonball proviene de la decisión de Shueisha de evitar asumir un papel más activo en la producción. Él cree que esta decisión refleja la persistente vacilación de la compañía hacia la industria del cine, derivado del fracaso de la película DaiJobu de 1981, mi amigo. Ese paso en falso hizo que Shueisha cautelice con las inversiones en películas, lo que los llevó a dejar el control de la evolución de Dragonball completamente en manos de Hollywood.
La oportunidad perdida de Shueisha y las consecuencias
Torishima explicó que consultó con varios abogados en los Estados Unidos, quienes le advirtieron que sin la inversión financiera en los derechos de corte final, Shueisha no tendría poder para influir en la dirección creativa de la película. A pesar de esto, Shueisha optó por no invertir, esperando que la influencia de Hollywood ayudara a llevar a Dragon Ball a una audiencia global. Al mismo tiempo, se lanzó la edición estadounidense de Shonen Jump, pero ni la película ni la revista tuvieron el impacto que esperaban.
Preocupaciones sobre el parque temático Dragon Ball en Arabia Saudita
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– Enomis (@venixys) 22 de marzo de 2025
Torishima cree que el fracaso de la película dañó la reputación de Dragon Ball y sigue siendo el mayor error de Shonen Jump. También expresó su preocupación de que los pasos en falso similares pudieran afectar proyectos futuros, como el próximo parque temático Dragon Ball en Arabia Saudita.
Dados los estrechos vínculos de Torishima con la franquicia, su frustración con el manejo de la película por parte de Shueisha es comprensible. También criticó el manejo de Shueisha por el fallecimiento de Akira Toriyama, llamando a su respuesta irrespetuosa. Sus comentarios reflejan tanto su inversión personal en Dragon Ball como sus preocupaciones más amplias sobre cómo se administra la franquicia.
Finamiento plateado de Dragonball Evolution

A pesar de las consecuencias negativas de Dragonball Evolution, la pobre recepción de la película tuvo un beneficio inesperado. Según los informes, Akira Toriyama estaba tan insatisfecha con la película que quería reclamar el control sobre su creación. Esta frustración condujo al desarrollo de Dragon Ball Z: Battle of Gods (2013), que revivió la franquicia y sentó las bases de Dragon Ball Super y Dragon Ball Daima. De manera indirecta, Dragonball Evolution se convirtió en el catalizador de una nueva era de Dragon Ball, revitalizando la franquicia y presentándola a una nueva generación de fanáticos.
Incluso con este resultado positivo, Torishima sigue siendo crítico con la película misma. Él cree que el fracaso de Dragonball Evolution surgió de la negativa de Shueisha a invertir en control creativo, un error que podría haberse evitado. A medida que Dragon Ball continúa prosperando con nuevo contenido y popularidad global, Torishima espera que Shueisha evite pasos en falso similares en futuras adaptaciones.